domingo, 30 de septiembre de 2012

La gatomaquia de Lope de Vega

Fragmento de "La gatomaquia" de Lope de Vega

Asomábase ya la Primavera

por un balcón de rosas y alelíes,

y Flora, con dorados borceguíes,

alegraba risueña la ribera;

tiestos de Talavera

prevenía el verano,

cuando Marramaquiz, gato romano,

aviso tuvo cierto de Maulero,

un gato de la Mancha, su escudero,

que al sol salía Zapaquilda hermosa,

cual suele amanecer purpúrea rosa

entre las hojas de la verde cama,

rubí tan vivo, que parece llama,

y que con una dulce cantilena

en el arte mayor de Juan de Mena

enamoraba el viento.

Marramaquiz, atento

a las nuevas del paje

(que la fama enamora desde lejos),

que, fuera de las naguas de pellejos

del campanudo traje,

introdución de sastres y roperos,

doctos maestros de sacar dineros,

alababa su gracia y hermosura,

con tanta melindrífera mesura,

pidió caballo, y luego fué traída

una mona vestida

al uso de su tierra,

cautiva en una guerra

que tuvieron las monas y los gatos.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Todo el poder soviético para los gatos

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Lenin posa con un gato de manto negro.


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Aquí vemos a Lenin (izquierda), con sus dos gatos. A la derecha aparece J. Stalin. Noten la diferencia entre los dos hombres: Lenin medio sonriente, con las manos recogidas en torno a los felinos en gesto protector. Stalin eleva una ceja con chulería y tiene la pose de un patán, mientras que Lenin cruza las piernas con delicadeza. Hay que ver todo lo que se aprende observando fotos con gatos.  
Lenin con su esposa y el gato atigrado.
Vladimir Ilish Ulianov  "Lenin", padre de la revolución soviética rusa que quiso tomar el cielo por asalto, disfrutaba mucho de la compañía de los mininos. Hay múltiples fotos que lo muestran muy satisfecho y paternal con sus gatos. No es improbable que este hombre genial, espartano y soñador hallara inspiración y sosiego en las posturas meditativas de los gatos.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Músico misterioso y felino

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No voy a descubrir el nombre del humano que frota extasiado su nariz con la barbilla del gato siamés. Lo dejo a los visitantes de "Katuamakia" (reino felino en euskara). Una pista: se trata de uno de los músicos más influyentes del siglo XX. Alguien que con un grupo famosísimo hizo época. Marcó un antes y un después y ha puesto la "banda sonora" a momentos inolvidables de la vida de mucha gente.  Usen el espacio de comentarios. Hay un premio on-line para el que acierte. Miaww.

martes, 25 de septiembre de 2012

Marlon Brando kiss a cat

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Que envidia me produce ese gato al que un Marlos Brando muy entregado obsequia con un delicado beso. No me decido por el perfil de Brando antes que por el del felino. Recuerdo que en la película "El padrino" se coló un gato en el plateu que terminó siendo protagonista junto a Don Corleone. Miaw Marlon. Que Bastet te bendiga en el cielo de los felinos.

Gatos en la ventana

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Por alguna secreta causa, o tal vez por una no tan secreta; la curiosidad, los gatos adoran las ventanas. A veces para su desgracia ya que más de uno a sucumbido a la gravedad. Y de no ser por su mágico equilibrio hubieran perdido alguna de sus 7 hipotéticas vidas. Los que aquí aparecen son vecinos de una vivienda de gente poco favorecida por la fortuna. Las maderas de la ventana necesitan reparación. Pero los mininos están bien nutridos. Uno de ellos aparece pensativo y serio. Recogido en espiritual meditación. El otro bosteza a sus anchas. Le han colocado un collar, tal vez antipulgas, con su correspondiente identificación. Son gatos afortunados que hacen grata la vida de sus compañeros humanos. Miaw.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Picasso felino

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Algunos gatos son excelentes cazadores. Así era mi gata preferida. A la que tanto añoro y no podré olvidar jamás. Fuí despojada de ella en una cruel circunstancia. Pero aqui no vengo a lamerme mis heridas, sino a celebrar su aptitud cinegética. Ella solía obsequiarme con sus presas: pájaros, ratones campo y lagartijas. Las dejaba debajo de la cama. Del lado que me pertenecía. En eso nunca se equivocaba. Aquí Picasso revela de forma magistral la fiereza felina. Nos deja ver el pájaro desgarrado que todavía permanece vivo. La carne rota. El agitar de alas. Y la cara del gato que es una media máscara. Sus dientes afilados. Las terribles garras.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Borges a Beppo su minino

Jorge L. Borges era profundamente felino. Aquí reproduzco su poema  dedicado al gato. Debería ser de obligado estudio para todas/os los amantes de los mininos.

A un gato
Karl Marx para Beppo
No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Transgénicos felinos

Ya existen gatos transgénicos a los que se ha añadido un gen que codifica la producción de una proteina que los hace fosforescentes. Pero aquí el artista sueña un ejército de trangénicos idénticos, clones, de humano y felino.

Al bostezo de un gato

El bostezo del gato es señal misteriosa. De placer inaudito o descanso inmortal. Cuando un gato bosteza conquista el infinito. Con los ojos cerrados a este mundo vulgar. El bostezo de un gato nos obliga al respeto. A imitar su belleza y perfecta unidad. 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

"The naming of cats" by T.S. Elliot

"The naming of cats" by T.S. Elliot.

The naming of cats is a difficult matter,

It isn't just one of your holiday games;

You may think at first I'm as mad as a hatter

When I tell you, a cat must have three different names.

First of all, there's the name that the family use daily,

Such as Peter, Augustus, Alonzo or James,

Such as Victor or Jonathan, George or Bill Bailey--

All of them sensible everyday names.

There are fancier names if you think they sound sweeter,

Some for the gentlemen, some for the dames:

Such as Plato, Admetus, Electra, Demeter--

But all of them sensible everyday names.

But I tell you, a cat needs a name that's particular,

A name that's peculiar, and more dignified,

Else how can he keep up his tail perpendicular,

Or spread out his whiskers, or cherish his pride?

Of names of this kind, I can give you a quorum,

Such as Munkustrap, Quaxo, or Coricopat,

Such as Bombalurina, or else Jellylorum-

Names that never belong to more than one cat.

But above and beyond there's still one name left over,

And that is the name that you never will guess;

The name that no human research can discover--

But the cat himself knows, and will never confess.

When you notice a cat in profound meditation,

The reason, I tell you, is always the same:

His mind is engaged in a rapt contemplation

Of the thought, of the thought, of the thought of his name:

His ineffable effable

Effanineffable

Deep and inscrutable singular Name.



Escritores y gatos


Los gatos y sus escritores: Algunos gatos y algunos escritores han vivido en gozosa armonía. Y no es exagerado afirmar que los felinos fueron, y son fuente de inspiración para la literatura. A continuación doy algunos ejemplos sin pretender ofrecer una recopilación exacta. Son ejemplos.

H. G. Wells tuvo un gato llamado Mr. Peter Wells.

Tennessee Williams tuvo un gato llamado Topaz.

Charlotte y Emily Brontë tuvieron un gato llamado Tiger que jugaba con el pie de Emily mientras ella escribía "Wuthering Heigts".

Alejandro Dumas tuvo los gatos Mysouff I y Mysouff II, siendo este último de color blanco y negro, el favorito del escritor, pese a que se comiera en una ocasión todos los pájaros exóticos de la casa. También tuvo un gato llamado Le Docteur.

Charles Dickens tuvo una gata llamada William a la que rebautizó con el nombre de Williamina. Todo ello se debió a que consideraba que su gato era un macho y gracias a que tuvo una numerosa camada de gatitos descubrió que era una hembra. Y eso que la gata avisó al escritor de que no era un macho cuando inició los preparativos del parto con su traslado dentro del estudio de Dickens. De esa camada nació Master's Cat y fue el único que se quedó con Dickens.

Mark Twain tuvo numerosos gatos como son Apollinaris, Beelzebub, Blatherskite, Buffalo Bill, Satan, Sin, Sour Mash, Tammany y Zoroaster.

Lord Byron tuvo cinco gatos que llegaron a viajar con él. Entre ellos destacamos a Beppo, cuyo nombre fue recogido por Borges para bautizar al suyo, originalmente llamado Pepo.

Edgar Allen Poe tuvo una gata llamada Catarina, quien se sentaba frecuentemente en su hombro mientras él escribía. La gata le inspiró la obra "The Black Cat".

Victor Hugo tuvo un gato llamado Chanoine, aunque inicialmente se llamaba Gavroche y no le gustaba, y otro que se llamaba Mouche.

F. Scott Fitzgerald tuvo un gato llamado Chopin.

Theóphile Gautier tuvo numerosos gatos a los que llamó Childebrand (un gato negro y rayado al que mencionó en "La Ménagerie Intime"), Cléopatre (hija de Epoine y a la que le gustaba mantenerse sobre 3 patas, siendo mencionada en la misma obra), Don Pierrot de Navarre (a este gato blanco le gustaba robarle la pluma y engendró a 3 gatitos negros, siendo mencionado en la obra anterior), Enjoras (este gatito negro era hijo de los blancos Don Pierrot y de Séraphita y fue bautizado con un nombre procedente de la obra "Les Miserables", siendo también mencionado en la obra anterior), Eponine (gato de piel negra con los ojos verdes procedente de los mismos padres que Enjoras, con la misma procedencia de su nombre y siendo mencionado en la misma obra), Gavroche (gato negro con idénticas referencias al anterior), Madame Theóphile (gata blanca y roja a la que le gustaba robar la comida y mencionada en la misma obra), Séraphita (gata blanca que tuvo 3 gatos negros con Dom Perriot y también aludida en la obra anterior) y Zizi (un angora que le gustaba tocar las teclas del piano y también mencionado en la misma obra).

Colette esta escritora tuvo varios gatos: Franchette, Kapok, Kiki-la-Doucette, Kro, La Chatte, La Chatte Dernière, La Touteu, Mini-mini, Minionne, Muscat, One and Only, Petieu, Pinichette, Toune, Zwerg y Saha, a la que dedicó su novela "La Chatte".

T. S. Elliot tuvo varios gatos llamados George Pushdragon, Noilly Prat, Pattipaws o Pettipaws, Tantomile y Wiscus. Les dedico un delicioso libro de poemas muy felino.

Walter Scott tuvo un gato llamado Hinse al que le gustaba molestar a los perros de Scott, hasta que en 1826 uno de esos perros acabó con su vida.


Hemingway vivía rodeado de gatos de seis dedos en cada pata, y escribió el relato "El gato bajo la lluvia" (como el de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes), del que dijo Gabriel García Márquez que era el mejor cuento que había leído en su vida. En el museo floridano, una de las residencia del escritor, los descendientes "seis dedos" forman parte del entorno y están protegidos y mimados. También había mininos en la finca "Vigía", cerca de La Habana en Cuba.


Gatos en Julio Cortázar por Francesc M. Rotger
Ahora que hace veinticinco años que se fue para siempre a los tejados de París, a mirar a las magas desde las mansardas (recuerdo con bastante nitidez la jornada; y la correspondencia de aquel día), hemos recuperado las imágenes sepias de Julio Cortázar. En una de ellas, sentado en el suelo, el gran cronopio mira por la ventana; al otro lado del vidrio, un gato le mira a él. En otra aparece con un gato atigrado en los brazos, él con esa belleza triste que apuntaba Matías Vallés en la portada de Bellver el otro día, el gato con ese gesto solemne y enigmático de los gatos. Queda claro que el gato es un ser superior, Charles Darwin debió olvidarse de los gatos en sus análisis. Ya dijo Mark Twain que el cruce de persona con gato sin duda mejoraría la especie humana, pero empeoraría a los gatos.

Teodoro W. Adorno era el gato de Cortázar, aunque esto no es correcto, porque los gatos no son de nadie. Como mucho, te conceden que les des de comer, que los tengas en casa y que les rasques, si a ellos les apetece. El mismo Cortázar describe cuidadosamente el proceso en su cuento La entrada en religión de Teodoro W. Adorno. Julio Cortázar eligió para aquel gato el nombre del filósofo, a quien por cierto la Universitat de les Illes Balears dedicó no ha mucho un simposio, con sus ponencias oportunamente publicadas. Adorno negó que después de Auschwitz pudiera seguir escribiéndose poesía, reflexión que continúa inquietándonos.

"Rayuela" es uno de esos libros que han cambiado la vida de la gente. Aunque yo tengo que reconocer que empecé a leer a Cortázar por el final, por Los autonautas de la cosmopista, un libro que escribió junto a su segunda mujer, Carol Dunlop, narrando un viaje de París a Marsella en furgoneta. Rayuela es la librería del barrio de mi niñez en Bilbao, en la calle Huertas de la Villa, que en euskera se dice Uriortu; mucho más corto y sin duda menos poético. Hay librerías que se llaman así, Rayuela, en Málaga, Sevilla, Sigüenza, Barbastro. Los gatos no leen, no tienen dinero (ni lo necesitan), pero en Rayuela también salen gatos. Qué sería de los tejados de París sin los gatos, de las calles monacales palmesanas, de los muelles mediterráneos en su conjunto.


http://www.diariodemallorca.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009021300_16_435643__Cultura-gato-Cortazar

martes, 4 de septiembre de 2012

El gato en las artes visuales


EL GATO EN LAS ARTES VISUALES  por María Laura San Martín

  

María Laura San Martín : Pintora. Nacida en Buenos Aires, Egresada de las Escuelas Nacionales de Bellas Artes "P.  Pueyrredon" y E. De la Cárcoba". Ha estado presente en infinidad de Exposiciones Nacionales e Internacionales de Pinturas desde 1952. Tienen obras de ella los Museos de Bellas Artes de La Plata,  Municipal de Tandil, de Artes plásticas de Mar del Plata y de Bellas Artes de Luján  (todos en la Provincia de Buenos,Aires,). En el exterior: Museo de Arte Moderno de Florianóplis (Brasil), Museo Provincial de Arte de Lugo (España), Museo Cat Caabiner (Holanda), y Embajada Argentina en Tokio (Japón).

“Imagen del Alma Despierta”, Vidente de la noche”, “Dueño del ojo que ve en la oscuridad”. “Dios – Luna”...Todos estos poéticos calificativos adjudicaban los antiguos Egipcios al nuestro muy conocido gato. La diosa Bast (Bastk o Bastet, según los idiomas), creación de la estatuaria egipcia, la representaba ya con cabeza de gato y cuerpo de mujer, ya con total morfología de gato. (1)
Como la apacible luna, los ojos de los venerados felinos brillaban en la oscuridad de la noche y eran los dueños del misterio.
Pero no solo en tiempos de los faraones merecieron los gatos el honor de artistas. Con sus formas elegantes, su hermosa cabeza de corte pentagonal y enhiestas orejas y la variedad de pelajes que los recubren, pero sobre todo por la plasticidad de sus poses que pueden alternar el hierático estatismo con la más lánguida voluptuosidad, estos pequeños félidos han sido tema y motivo de no pocas creaciones artísticas en todas las épocas y lugares.
Por ser evocadores del misterio han aparecido ligados a imágenes de hechiceros y adivinos hasta en la iconografía popular. También por amigos del confort, el fuego y los almohadones, se los ha incluido en no pocas escenas de interior de la pintura costumbrista.
Sin olvidar las ocasiones en los que se ha exaltado su instinto cazador como en esa imagen de un mosaico pompeyano del S. I de nuestra era o en la casi cruel figura del gato con una paloma entre sus dientes de Picasso -1939- (fig. Nº 1) y de la cual parece hay dos pinturas como en dos pasos sucesivos de la acción predatoria.
  

Fig. N 1: Picasso- 1939


También el arte de Oriente ha fijado las imágenes de estas “Miniaturas de Tigre”,  como suelen llamarlo. Pinturas y dibujos de China y Japón nos han dejado deliciosas escenas de gatos que testimonian su amor por la naturaleza toda. La pintura coreana del siglo XVIII nos brindó una delicada escena titulada“Gatos y gorriones” de Wambo (Fig. Nº 2), realizada con tinta y color sobre seda de casi un metro de alto. En Buenos Aires vivió durante unos años un pintor japonés, Foujita, quien al retornar a París supo de muy buenos éxitos de su delicado pincel y minuciosa ejecución, existen dos obras suyas en el Museo Nacional de Bellas Artes: “Gatos jugando” y un “Autorretrato con gato”.


Fig. Nº 2: “Gatos y gorriones”,  de Wambo

Si hacemos un poco de historia en la pintura europea, nos han dejado imágenes de gatos, artistas tan destacados como el holandés Hieronymus Bosch (el Bosco) -1453-1519- autor del famoso tríptico "El Jardín de las Delicias"-1505- (Museo del Prado), donde en "El Paraíso", junto a  Adán, Eva y Dios,  pinta un gato desde atrás con un ratón en la boca (Figl Nº 3 a y b), y en la parte central, "La Tierra" hay otro gato en color azul que lleva sobre su lomo varias figuras humanas.


Fig 3ª: "El Paraíso",  de Hyeronimus Bosch




Fig 3ª: "La Tierra",  de Hyeronimus Bosch


También Diego Velázquez -1599-1670- en su célebre obra “Las hilanderas" (Museo del Prado) colocó un morrongo blanco y negro entre los vellones de lana del piso (Fig. Nº 4).


Fig. Nº 4 “Las hilanderas",  de Velázquez


Del siglo XV queda un testimonio en la National Gallery (Londres) en una pintura de Pintorcillo denominada “Penélope y las tejedoras” donde un gracioso gatito de cola anillada juega con un ovillo. También Goya -1786- (Fig. Nº 5) en su retrato de Manuel de Zúñiga, pintó tres gatos (observar detenidamente) que acechan a un pajarito que el niño ha sacado de la jaula (Metropolitan  Museum, NY).


Fig. Nº 5: “Retrato de Manuel de Zúñiga”,  de Goya


Si seguimos avanzando, nos encontramos con el “Olympia” (Fig. Nº 6) de Manet -1832-1883- (Jeu de Paumme, París), realista desnudo donde entre almohadones y ricas sábanas el pintor colocó a los pies de la cortesana, un misterioso gato negro que dibuja en el aire un signo de interrogación con su cola, mientras mira fijamente al espectador con un par de ojos redondos. Fig. Nº 6: La bellísima“Olympia”, de Manet suprimida por tratarse de un desnudo realista que puede verse mal por según que gente).
 El incisivo dibujante y pintor Toulouse Lautrec logró hermosas imágenes de gatos en más de un cartel, de esos que solía realizar para promocionar espectáculos teatrales y de music-hall en el alegre París de la Belle Epóque. Por aquellos años también pintaba el postimpresionista Pierre Bonnard que supo introducir gatos en sus refinadas escenas intimistas de exquisito colorido.
Cabe aquí recordar a los finos acuarelistas ingleses del S. XIX y comienzos del XX, que supieron tomar al gato como tema de sus obras, ya solos o completando escenas de interiores muy británicas y no podemos olvidar al sugerente gato negro de cola parada que nos da la espalda y se encamina por un sendero solitario como lo dibujó el escritor Rudyard Kipling (Fig. Nº 7) para ilustrar una de sus “Solo 50 Historias para Niños Pequeños”, Londres 1902.


Fig. Nº 7: “Gato que camina solo” , de Rudyard Kipling


Por supuesto que en nuestra plástica argentina también tenemos buenos ejemplos de imágenes gatunas, recuerdo los graciosos gatos que colocó Alfredo Guttero en su cuadro “Figuras” (Museo Nacional de Bellas Artes) donde la lánguida elegancia de los desnudos femeninos encuentra un eco en las contorsiones felinas. También las numerosas imágenes de gatos de la pintura de Nelson Blanco, un argentino residente en París y el insoslayable recuerdo para Aída Carballo (Fig. Nº 8) que en sus grabados, dibujos y pinturas, supo dar lugar preferencial a los gatos de los que vivía rodeada.


Fig. Nº 8: Aída Carballo


Otro grabador, Américo Balán, gustaba fijar unas imágenes hieráticas de gatos resueltas con simplificado contorno. Tampoco me quiero excluir  por falsa modestia, de esta sucinta enumeración, ya que he dedicado exposiciones al tema que estamos tratando. En 1977 presenté una exposición que titulé “De la nostalgia, la magia y los gatos” y en 1980, “Cinco años de Techos y Gatos” (Fig. Nº 9) y en muchas  otras pinturas y dibujos donde este adorado animalito me ha motivado, y podríamos seguir con la lista, pero prefiero aportar un dato que no está demasiado divulgado.


Fig. Nº 9


Existe un Museo del Gato, se trata del Kattenkabinet (Gabinete del gato) y está en Amsterdan, creado por un  rico gatófilo holandés Bob Meijer en honor a su gato Morgan (Fig. Nº 10) en la calle Herengracht 468.


Fig. Nº 10: “Morgan”


En él se albergan cantidad de obras de arte con tema gatuno, (hasta aguafuertes de Rembrandt) y muchas otras llegadas desde distintas partes del mundo. Tal es el caso de la que envié tiempo atrás que es una obra conjunta que hicimos una de mis gatas Odile y yo. Justamente el emblema gráfico de este museo es el ya mencionado “Gato que camina solo”  del poeta Rudyard Kipling.(Fig. Nº 7).
 Como se habrá podido ir descubriendo a través de estas rápidas líneas, las más variadas latitudes, las distintas épocas, los diversos temperamentos, las diferentes técnicas, han dado testimonio del interés de muchísimos artistas por esta pequeña figurita tan adoradas y tan vapuleada a la vez, que los científicos han denominado Felis domesticus.
Ellos nos miran con distante indiferencia, pero como dijo Walter Scott, “los gatos son una especie misteriosa, en su mente pasan muchas más cosas de las que podemos imaginar”.
 (1) Ver diferentes versiones de la Diosa Bast en los artículos ."El gato como animal de compañía" del Dr. Rubén Gatti y "La dulce faceta del amor" del Dr. Héctor Barbenza, en la página de AAMeFe.