sábado, 18 de mayo de 2013

Mi gata amada y perdida

Fuistes mi fiel compañera desde que apenas eras un proyecto de la maravilla en que te convertistes. Siamesa de rabo truncado. De ojos azules insondables. Curiosa como todos los gatos. Pero tú lo eras más. Dueña y guardiana de mis sueños. Supongo que si hay un cielo tú estás allí, en el paraiso de los gatos de Bastet. ¿Sabes?, sigues conmigo, mi maestra de zen, de yoga, de artes marciales. La prima ballerina cotidiana. Silenciosa como los espejos. Maulladora desgarrada cuando te daba la gana. Y me despertabas al amanecer. Y me obligabas a seguir tu ritmo de siestas y vigilias. Jugabas con el ratón de un sufrido 486. Mi cibergata digna de un manga. Mi vida contigo fue una suerte de constante asombro. Gracias. Bruuu, meww.

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